Las chicas y chicos que encuentran las aulas cerradas, la calidad educativa y el futuro de nuestra sociedad son los principales afectados por los recurrentes y persistentes conflictos salariales entre docentes y autoridades de diferentes jurisdicciones.
En las últimas semanas, el más grave frente de conflicto se presenta en la Ciudad de Buenos Aires, donde los distintos paros locales fueron acompañados por una huelga nacional de docentes, luego de los incidentes registrados por el intento de instalar una carpa frente a la Jefatura del Gobierno porteño. A esto se le agregan las medidas de fuerza de hoy y mañana.
En este conflicto en particular se observa un alto nivel de intransigencia, que agrava sus efectos. En el actual contexto, la recurrente interrupción de la continuidad de las clases aparece como una modalidad inoportuna y excesiva para canalizar el pedido salarial. Pero también es cierto que la actitud de las autoridades no siempre estuvo caracterizada por la búsqueda del entendimiento a través del diálogo y la voluntad y el compromiso necesarios para la resolución del problema.
Por otra parte, la Nación tampoco ha contribuido suficientemente a que se alcance una solución, y esta actitud por momentos prescindente no parece adecuada estando en juego un bien colectivo como el derecho a la educación pública.
Todos estos actores se encuentran en deuda con las alumnas y alumnos de las escuelas, que ven cómo pasa el calendario sin aprender y obligados, junto a sus familias, a adaptarse a una situación de inestabilidad extrema, que altera el curso normal de actividades. El conflicto provoca una disminución de días de clases impartidos, y baja en la calidad de la enseñanza. Por ejemplo, se estima que en 17 jurisdicciones no se alcanzarán los 180 días de clases establecidos, y esto afecta a 6,7 millones de estudiantes.
Por esto es necesario que las partes involucradas adopten una posición responsable que tenga en cuenta, además de intereses sectoriales y políticos, los de la educación.
El conflicto docente en la Ciudad muestra un alto grado de intransigencia en las partes involucradas. Es necesario que se tomen en cuenta, además de intereses sectoriales y políticos, los de la educación.
Fuente: Diario Clarín
Felipe L.
1 comentario:
muy buen articulo porque muestra lo que esta pasasando realmente.sigan así.
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